Dar un agradable paseo a pie o en bici, deleitarse de las vistas mientras se disfruta de una comida o cena, participar en un curso de remo o de entrenamientos de la escuela de vela o una salida en barco.
Todos son ejemplos de las actividades que se pretenden promocionar con la revitalización de la marina urbana de Valencia, en un intento de (re)inventar este espacio.
La Marina Real Juan Carlos I está desarrollando una importante labor de promoción y mejora, además nuevos planes de negocio, en un intento de consolidar este espacio tanto para el disfrute de sus habitantes como para los visitantes de la ciudad, con el claro objetivo de incluir la marina en el mapa de los imprescindibles de la ciudad.
En lo que fue la zona de servicios aduaneros, docks y tinglados del puerto comercial, algo descuidados, se construyó La Marina Real Juan Carlos I, para que Valencia acogiera la 32ª America's cup, en 2007. En este espacio se instalaron los equipos participantes junto al edificio de reuniones que simboliza la marina: el edificio Veles e Vents; a su vera fueron aparecieron tímidamente los primeros locales de ocio y restauración con la expectativa de que ésta se fuera consolidando como una nueva zona de ocio de la ciudad. Sin embargo, la resaca de la Copa dejó un gusto agridulce, al constatarse que la misma se quedaba sin apenas visitantes habituales en lo que parecía ser una vez más un lugar creado ad hoc para un evento, pero destinado al olvido después, al no disfrutar del calor y costumbre de sus habitantes.
Su falta de integración con la ciudad, la de un plan concreto y de buenas comunicaciones, podrían ser alguna de las hipótesis que explicarían que este espacio navegara unos años a la deriva, a excepción de en puntuales eventos y noches de verano. Pero parece que ahora se constata un intento más firme para que la marina urbana de Valencia se vaya llenando de fructífera actividad, ocio y en definitiva vida y resultados.
Para ello el consorcio que gestiona la marina ha abierto varios frentes de trabajo, como la mejora de las comunicaciones, entre las que destacan paradas de taxi y Valenbisi, el nombre Marina Juan Carlos I en la parada en las líneas 19 y 20 de la EMT y las nuevas paradas de la línea 4 para los cruceristas que llegan a la ciudad, así como la lanzadera entre la marina y la Ciudad de las Artes. Desde este verano hay posibilidad de moverse también por mar, con el aquabus que dispone de 9 paradas que recorren la marina, y entre los proyectos, se encuentra la construcción de un carril bici por el frontal marítimo.
Eliminar barreras y abrir la marina a la ciudad es otro de los objetivos, con la retirada los vallados que los separan, entre los antiguos docks y el principio del paseo marítimo; además de unificar los espacios entre el varadero y los tinglados logrando espacios más abiertos, integrados y zonas de paseo.
La marina es el escaparate de la llegada de los cruceristas que llegan a la ciudad, pero también de muchos eventos deportivos programados. El primer fin de semana del mes de septiembre arrancaba el exitoso triatlón con más de 3.500 participantes, pero las actividades son muchas más: el 22 de septiembre con El Día de la Bici, un medio maratón el 20 de octubre y para el 27 del mismo mes, la prueba de 10km denominada El Pas Ras al Port de València. El 9 de noviembre una marcha cicloturista y para concluir la temporada, el 17 noviembre se disputará la 33ª edición de la Maratón Popular de Valencia de 10km, Divina Pastora.
Entre los eventos gastronómicos, del 12 al 15 de septiembre tuvo lugar la Feria de la Tapa, con gran afluencia de público y el pasado mes de junio, una gran variedad de actividades gastronómicas y náutico-deportivas se desarrollaron alrededor de la salida de la I Ruta de los Príncipes.
El empuje abarca también el desarrollo de nuevas líneas de negocio comerciales e industriales para lograr mayor rentabilidad a las inversiones, entre las que se encuentra, según fuentes del consorcio que gestiona la marina, el proyecto de una zona náutico-industrial, construcción de un varadero y de un club de playa. Todo ello unido a la potenciación de la zona comercial y náutica de la marina norte, que cuenta con unos 200 amarres para embarcaciones medias y otros 42 para embarcaciones de más eslora, que según las mismas fuentes va aumentando la ocupación, pero que requerirá de mayores equipaciones para consolidar su uso en el futuro.
Todo un gran abanico de actividad, planes y proyectos en la Marina Real Juan Carlos I de Valencia; el tiempo dirá si con todo ello logra (re)inventarse a sí misma.
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