Historia y economía

El primer asentamiento permanente conocido en la ciudad de Valencia data del año 138 A.C., época en la que los romanos fundaron una pequeña comunidad junto al río que denominaron Valentia; cuando los romanos se fueron debilitando, los visigodos, que llegaron del norte, invadieron estas tierras.

Pero una civilización que sin duda tuvo una importantísima influencia en nuestra cultura, por su integración y el tiempo de permanencia, fue la cultura árabe (que estuvo casi 9 siglos en algunos puntos). Su cultura, tradiciones y riqueza ha quedado patente y forma parte de nuestras raíces, tanto en muchas costumbres, nombres de poblaciones, tradiciones y legado artesanal y arquitectónico; además introdujeron elementos de modernidad esenciales como los sistemas de canalizaciones para el riego (acequias) o la noria para riego, y cultivos como el arroz y las naranjas.

El rey castellano el Cid irrumpió en 1094, pero aún tendrían que pasar casi 150 años antes de que el rey cristiano Jaume I definitivamente tomaran la ciudad el año 1238.

Valencia disfrutó del siglo de oro el S. XV, en esta época gozó de un importante rol comercial en la ruta marítima del Mediterráneo; una de las más boyantes de esta época. Un ejemplo de esta influencia queda patente en el edificio gótico de La Lonja de la Seda, hoy declarado Patrimonio de la Humanidad. En esta época también se construyeron otros edificios significativos como la Catedral, la Torre del Miguelete y las torres defensivas de Quart y Serranos, además del Palau de la Generalitat (sede del gobierno valenciano).

La expulsión de los últimos musulmanes en la península, con los Reyes Católicos el año 1492, (con la expulsión de Granada), y con su expulsión también salieron algunos de los más notables artesanos y financieros de la época.

En el siglo XVII  además se decretó la expulsión de los moriscos que habían permanecido incluso tras la reconquista (los musulmanes que habían podido quedarse en la península una vez convertidos al cristianismo). Su salida dejó despobladas algunas zonas de interior, también las clases medias se vieron afectadas, y también afectó a la economía y las finanzas de la época (el Banco de Valencia tuvo que declararse en bancarrota el año 1613). Este fue el punto de partida en el que se desmoronara el liderazgo de la Comunidad Valenciana que había gozado en sus siglos de oro.

Los fueros valencianos, legado que había traído el Rey Jaume I, que garantizaron una considerable independencia de la Corona de Aragón se perdieron tras la guerra de la Secesión (1702-1713) en la que se coronó el Rey Borbón Felipe V. Un siglo después, en 1812 Valencia sufrió de nuevo a manos de las tropas francesas que ocuparon la ciudad.

A principios del S. XIX la economía de la comunidad tenía uno de sus principales motores en la exportación de naranjas, vino y arroces, después de que la industria de seda fuera decayendo por la competencia de otras zonas.

En 1936 estalló la guerra civil y a partir de 1939 la dictadura de Franco sumió el país en años de autarquía y una tremenda depresión y fueron años con mucha hambruna. A partir de los años 50 se fueron dando ligeras muestras de apertura al exterior, que hicieron que Valencia volviera a retornar a los niveles económicos de los años antes de la guerra.

Después de la Gran Riada de 1957, la apertura al exterior se fue ampliando en los años 60 y tuvieron su boom en el turismo (y la construcción), especialmente en las zonas costeras. Ya finalmente con el inicio del periodo democrático tras la muerte de Franco, la situación política, social y económica fue acercando a España poco a poco - pero aún a distancia - a los niveles de sus países vecinos.

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