Cualquier jueves del año a las 12 del mediodía junto al Miguelete habrán concurrido un buen número de visitantes y curiosos. La razón: poder presenciar una tradición milenaria designada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2009.
Según la UNESCO se trata de "un testimonio único de una tradición cultural viva: la de la justicia y el gobierno democrático y autogestionario de las aguas por parte de los campesinos".
El Tribunal de las Aguas, que continúa ejerciendo su labor en la actualidad, se reune cada jueves del año (excepto festividades y de Navidades hasta Reyes).
Sus 8 miembros (síndicos), cada uno de una de las diferentes comunidades de regantes de las acequias de la vega de Valencia. Vestidos con los tradicionales faldones y una vez constituidos formalmente junto a la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia comienzan los juicios pendientes, que son orales e íntegramente en valenciano.
En el mismo, el denunciante expone el caso y el tribunal decide la culpabilidad o no del denunciado, a través de la votación de todos los síndicos a excepción del perteneciente a la acequia sobre la que versa la denuncia en cuestión para garantizar su imparcialidad. En caso de pena, ésta se impone en "sueldos" como se venía haciendo desde época medieval.
Aunque diferentes hipótesis históricas apuntan la posibilidad de que sus antecedentes dataran de la época romana, la teoría más extendida afirma que nació durante los reinados de los califatos en la zona, en concreto en el año 960, y además posteriormente el rey cristiano Jaume I apostó por su continuidad. De hecho se celebró su milenario el año 1960.